Un sonido inaudible,
una voz silenciosa,
algo que nadie puede escuchar.
Clama su lamento en soledad
aunque brilla desde su oscuridad,
llegando a iluminar en la noche fría
los corazones más duros
de los humanos más insensibles.
Resplandor blanquecino,
suspiro de invierno,
reclama tu supremacía con cautela
y conquistarás por la eternidad
las miradas de aquellos que vagan en pena.